Alivia
los síntomas de la enfermedad. En este caso, el dolor.
Además, sube los niveles energéticos del paciente.
Este efecto se suele notar a partir de la primera sesión.
Medio
Plazo
Eliminación
de la enfermedad
Trabaja
sobre la enfermedad en sí, mediante varias sesiones que
pueden variar desde 4 sesiones hasta varios meses, dependiendo
de la gravedad.
Largo
Plazo
Sanación
de la causa
Consideramos
que las enfermedades tienen un origen emocional o de desequilibrio
del ser. La experiencia demuestra que para una solución
definitiva se debe investigar el origen de dicha enfermedad
para evitar que vuelva a ocurrir.
Reiki canaliza la energía
que nos rodea para sanar a nivel físico, emocional y mental.
Es una técnica sumamente eficaz para tratar el dolor, tanto
crónico como puntual. Se utiliza en hospitales en EE.UU.,
Francia e Inglaterra (ver hospitales) como tratamiento complementario
en Unidades Oncológicas para reducir molestias causadas por
el cáncer y los efectos segundarios de su tratamiento y en
Unidades Geriátricas para calmar los dolores causados por
artritis, reumatismos, etc.
Reiki
trabaja de forma independiente de las creencias del paciente
y su capacidad de tratar su propio dolor.
El propósito principal de Reiki es sanar, para que el paciente
se sienta bien. Muchos lo llaman "Energía Inteligente"
porque actúa de forma automática donde más
se necesita.
Durante una sesión, las manos del practicante se posan ligeramente
sobre la zona a tratar. El paciente suele sentir un alivio gradual,
seguido por un estado de profunda relajación. A largo plazo,
después de varias sesiones, el paciente suele notar que este
alivio es cada vez más prolongado.
Almudena, psicólogo, habla de como Reiki ayuda a sus pacientes con dolor, estrés y ansiedad.
Reiki equilibra el cuerpo, eliminando bloqueos energéticos.
De esta manera, el mismo cuerpo trabaja activamente para eliminar
el dolor.
Tipos de dolor
Dolores puntuales: como esguinces, de cabeza, de crecimiento,
oído, etc. suelen ser bastante fáciles de tratar
con Reiki, visto que suele trabajar la causa y no sólo
el síntoma en sí.
En casos de dolores musculares: de espalda o lumbar, cabeza
etc. un tratamiento de 4 sesiones suele ser suficiente para hacerlo
desaparecer por completo. Si la causa es una enfermedad importante,
el Practicante de Reiki te aconsejará que busques ayuda
médica profesional.
Dolores crónicos suelen necesitar sesiones periódicas
una o dos veces al mes de modo paliativo. Si la causas es una
enfermedad crónica, Reiki trabajará sobre esa enfermedad
también.
Dolores oncológicos: Reiki es muy eficaz como complemento
en tratamientos de quimioterapia y radiación. Aumenta las
defensas del paciente y ayuda a soportar los efectos secundarios
de los tratamientos. Para tratar el cáncer en sí,
Reiki alivia las molestias causadas tanto por el tumor cómo
los efectos que ese tumor tiene en el resto del organismo.
Resumen:
Reiki sirve como tratamiento complementario para aliviar dolores
causados por los efectos secundarios de tratamientos convencionales,
por eso su empleo en hospitales y clínicas.
Reiki trabaja sobre la causa y el dolor en sí, permitiendo
un alivio inmediato al mismo tiempo que sana su origen.
Reiki trabaja de forma independiente de las creencias del paciente
y su capacidad de tratar su propio dolor. Cuando recibes Reiki,
no necesitas hacer nada, ¡Reiki lo hace todo!
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