Algunos investigadores dicen que esta razón es suficiente
para estudiar el poder de la oración.
"Casi cada comunidad en el mundo tiene una oración
para la enfermedad, que practican cuando un miembro de su comunidad
está enfermo," dijo Dr. Mitchell Krucoff, un cardiólogo
de la Universidad Duke e investigador en el campo de la oración
y la sanación a distancia. "Es una practica cultural
ubicua, hasta donde podemos contar
Las prácticas culturales
en el cuidado de la salud frecuentemente tienen una razón.
Pero entender esta razón, aprender el mejor modo de usarla,
requiere ciencia clínica básica".
La
ciencia sólo ha comenzado a explorar el poder de la sanación
a distancia, y los primeros resultados de esta investigación
no han llegado a una conclusión. En un artículo publicado
en los Anales de Medicina Interna en 2000, investigadores reportaron
23 estudios acerca de técnicas de sanación a distancia,
que incluían sanación religiosa, energética
y espiritual. Trece de los 23 estudios indicaron que existen efectos
positivos en la sanación a distancia, nueve estudios no encontraron
efectos beneficiosos y uno mostraba un modesto efecto negativo en
el uso de sanación a distancia.
El estudio de la sanación a distancia fue una vez el campo
de excéntricos científicos, pero investigadores de
instituciones tan prominentes como el Instituto Médico
Los
Institutos Nacionales del Centro de Salud Nacional para la
Medicina Complementaria y Alternativa han gastado 2,2 millones
de dólares en estudios sobre la sanación a distancia.
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Mente/Cuerpo en Chestnut Hill, Massachuset, el Centro Médico
de la Universidad Duke en Carolina del Norte y el Centro Médico
California Pacific en San Francisco se han introducido en este asunto.
Y los Institutos Nacionales del Centro de Salud Nacional para la
Medicina Complementaria y Alternativa han gastado 2,2 millones de
dólares en estudios sobre la sanación a distancia
y la oración de intercesión desde 2000 - una pequeña
fracción del presupuesto anual de la agencia, que sumó
un total de 117 millones de dólares en 2004.
Algunas personas piensan que esta relativamente pequeña
suma de dinero no está bien empleada.
"No puedes usar la ciencia para probar a Dios," dijo
John T. Chibnall, un profesor asociado de psiquiatría en
la Escuela de Medicina de la Universidad de St. Louis en Missouri,
quien co-escribió una mordaz refutación de los estudios
acerca de la sanación a distancia publicados en los Archivos
de Medicina Interna en 2001. "No deberíamos malgastar
el dinero del gobierno mostrando que Jesús es 'el hombre',"
dijo Chibnall en una entrevista. "La fé es la fé.
La ciencia es la ciencia. No useis la ciencia para aumentar o disminuir
la creencia en Dios."
Algunos
científicos se preguntan si es posible trazar un método
científico válido para medir algo tan nebuloso
como el poder de la oración.
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Mientras algunos científicos se oponen a estos estudios
sobre materias religiosas o científicas, otros se preguntan
si es posible trazar un método científico válido
para medir algo tan nebuloso como el poder de la oración.
¿Qué constituye una "dosis" de oración?
¿Cómo define uno la oración? ¿Es canalizar
la intención budista o la energía Reiki lo mismo que
rezar al Dios judeocristiano? ¿Y cómo determinas si
fue la oración lo que hizo que el paciente se pusiera mejor,
u otra cosa, como el efecto placebo?
"Hay enormes problemas metodológicos y conceptuales
con los estudios sobre la sanación a distancia," dijo
el Doctor Richard Sloan, un profesor de medicina del comportamiento
en la Universidad de Columbia en Nueva York. "Nada en nuestra
comprensión del universo o de nosotros mismos sugiere cómo
los pensamientos de un grupo de gente podrían influir la
fisiología de personas a 3.000 millas de distancia."
El
cardiólogo Randolph Byrd hizo el primer estudio clínico
sobre sanación a distancia en el Hospital General de San
Francisco en 1988. Dividió a 393 pacientes cardiacos en dos
grupos.
Un grupo recibió oraciones de cristianos fuera del hospital;
el otro, no. Su estudio, publicado en el Southern Medical Journal,
encontró que los pacientes por los que no se rezó
necesitaron más medicación y fueron más propensos
a sufrir complicaciones. Aunque tenía fallos, el estudio
generó una considerable atención.
Desde entonces, los investigadores han continuado observando los
posibles efectos de la oración remota y otras técnicas
de sanación a distancia similares en el tratamiento de afecciones
del corazón, SIDA y otras enfermedades así como en
la infertilidad. Numerosos experimentos que incluían oración
y sanación a distancia han sido también hechos sobre
animales y plantas. Uno de dichos estudios encontró que los
sanadores podían incrementar la tasa de sanación de
heridas en ratones.
"Los
críticos normalmente se quejan si ves resultados positivos
en humanos porque lo achacan al pensamiento positivo, o al
efecto placebo," dijo el Doctor Larry Dossey
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"Los críticos normalmente se quejan si ves resultados
positivos en humanos porque lo achacan al pensamiento positivo,
o al efecto placebo," dijo el Doctor Larry Dossey, un interno
retirado en Santa Fe, y autor de numerosos libros sobre espiritualidad
y sanación. "Los microbios no piensan positivamente,
y no están sujetos a la respuesta placebo."
En los primeros noventa, Elisabeth Targ y unos colegas en el Centro
Médico California Pacific estudiaron los efectos de la sanación
a distancia sobre 20 pacientes de SIDA. Schlitz, que trabajó
con Targ (que murió de un tumor cerebral en 2002), dijo que
el estudio encontró que aquellos que recibieron oraciones
sobrevivieron en mayor número, se enfermaron menos frecuentemente
y se recuperaron más deprisa que los otros. Un posterior
estudio que siguió a 40 pacientes encontró resultados
similares.
Aproximadamente al mismo tiempo, Krucoff de la Universidad Duke
estaba liderando un pequeño pero inusual experimento para
determinar si pacientes cardiacos se recuperarían más
rápido tras la cirugía angioplástica si recibían
cualquiera de varios tratamientos intangibles. Su estudio comparó
los resultados de Healing Touch, relajación del estrés,
y sanación a distancia con los cuidados normales.
Sanadores
espirituales de todo el mundo-incluyendo judíos elevando
plegarias en el Muro de las Lamentaciones en Jerusalén, budistas
rezando en monasterios en Nepal y Francia, monjas carmelitas en
Baltimore ofreciendo oraciones durante las vísperas, y moravianos,
baptistas y cristianos fundamentalistas rezando en la iglesia -
rezaban simultáneamente por uno de los distintos grupos designados
en el estudio.
Todos los grupos fueron mejor que el grupo que sólo recibió
los cuidados habituales, pero aquellos que recibían oraciones
a distancia fueron los mejores. Desde entonces, ha completado un
estudio mayor y desde múltiples sitios. Ese estudio - el
más completo hasta la fecha - se encuentra en estos momentos
en revisión para su publicación en una revista médica.
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